En su sabiduría y amor por nosotros,
Dios hizo un amigo...
Alguien en quien podemos confiar,
un ser leal, comprensivo y que
siempre estará a nuestro lado.
Él pensó que necesitábamos a
alguien que nada nos exigiera,
que no espere que seamos mejores
ni peores, sino tal como somos... y nos quiera así...
Alguien que comprenda nuestras
contradicciones sin juzgarnos mal...
En suma, Dios hizo un amigo para reír y llorar con él,
y para desahogar nuestros sentimientos más íntimos.
Dios hizo un amigo...
Alguien con quien podemos ser lo que somos sin fingir.
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