¿Quién dijo que no eres hermosa?
Los medios. Sí, los medios te lo dijeron, y te lo repiten cada que enciendes la televisión o cuando lees una revista. Por eso es que cada vez que te ves en el espejo te encuentras algún defecto nuevo.
Si no se te está haciendo otra llantita, tus brazos ya están muy flácidos. Tal vez ya no te gusta el color de tu cabello, o quisieras tener los labios más gruesos. O quizás estás inconforme con tu estatura o la forma de tu espalda.
Los medios de comunicación han creado en el imaginario colectivo un ideal de belleza al que gran parte de las mujeres aspiran: alta, delgada pero con curvas, piel clara o poquito bronceada, ojos brillantes y sonrisa perfectamente blanca. Su cabello siempre se ve arreglado y sedoso.
La realidad es que, según estadísticas, sólo un 5% de la población femenina tiene dichos atributos “perfectos”. Este ideal de belleza corresponde a mujeres cuya salud se ve amenazada por bajo peso o problemas alimenticios diversos.
Aún así, las mujeres en todo el mundo siguen aspirando a esta imagen, creyendo que les traerá beneficios como: popularidad, el amor perfecto, el éxito financiero y demás fantasías que rara vez corresponden con la realidad. Y como no logran llegar a este ideal de belleza, creen que tampoco podrán aspirar a todo lo demás: se sienten solas, incapaces de gustarle a alguien y desmotivadas.
Sin embargo, es un hecho que el peso o las medidas ideales no garantizan el vernos y sentirnos hermosas ni contentas. Pregúntenles a las modelos de revista.
El problema es tan grave en la actualidad, que las niñas de menos de 6 años ya empiezan a hablar de que necesitan dieta o faciales. Los trastornos alimenticios y las cirugías estéticas han crecido a un ritmo alarmante. Es necesario tomar medidas, por salud física y mental.
Aquí te dejamos algunos consejos para que cambies tu perspectiva y aprendas a verte con tus ojos y no los de los medios de comunicación. La próxima vez que te veas al espejo encontrarás a otra persona, mucho más hermosa, y mucho más feliz.
1.- Guarda la báscula. No dejes que controle tu vida. Si vas a hacer dieta o ejercicio, pésate una vez al mes. Si te pesas diario sólo aumentarás tus niveles de ansiedad porque no podrás ver resultados inmediatos. Nunca lo son. Esto es un asunto de constancia y no de remedios milagrosos.
2.- Deja de compararte. Si tu amiga es flaca y tu vecina tiene muy buen trasero no tiene por qué importarte. Fija tus objetivos con base en ti, no en otros. No digas “quiero ser delgada como ella”, sino “quiero pesar los 57 kg que corresponden a mi estatura”.
3.- Duerme. El desvelarte haciendo ejercicio hace más mal que bien. Un buen descanso es esencial para que el cuerpo funcione bien. Se ha demostrado que los malos hábitos de sueño se relacionan directamente con el sobrepeso y la obesidad.
4.- Actívate. En lugar de quedarte en casa por la tarde lamentándote por tu sobrepeso, sal a caminar o inscríbete a clases de baile. Cualquier cosa en la que gastes calorías te ayudará, no sólo a bajar de peso, sino a sentirte más sana y satisfecha contigo misma.
5.- Lleva una dieta balanceada. Aún si no cuentas calorías o llevas una dieta en especial, es importante que lo que comas sea variado y balanceado. Esto, además de hacerte sentir bien, hace que tu cabello y tu piel se vean espectaculares.
6.- Rodéate de gente que lleve una sana relación con la comida, el peso y su cuerpo. Si tus amigas no paran de hablar de lo gordas que se sienten, tal vez sea momento de buscar otro tipo de amistades que se sientan a gusto consigo mismas. No se trata de sacarlas de tu vida. Simplemente pon distancia entre ustedes hasta que te reconcilies con tu cuerpo y te sientas capaz de estar con ellas sin que su charla te contamine.
7.- Expande tus horizontes. Infórmate, investiga un poco sobre la salud y los estereotipos de belleza. El comprender por qué se dice que unas mujeres son más bellas que otras, te podría ayudar a entender por qué te cuesta tanto trabajo creer que tú eres hermosa, y cambiar tu forma de verte.
“Los estereotipos de belleza masculina y femenina varían considerablemente en los diversos países y épocas. A veces, hasta nacemos bellos pero en la época equivocada”
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